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El lunes que nunca viví |
2025-07-18 |
En el año 2013 di la vuelta al mundo en barco. Semanalmente mandaba un «quesito» a Onda Cero, al programa de Eduardo Yáñez, «déjame que te cuente», sobre mi experiencia. Por desgracia he perdido algunos de ellos. Ir con el ordenador por ciertos sitios para lograr un wifi para mandar mi colaboración era complicado. En otros sitios facilísimo (como en los McDonalds o en los Starbucks). A continuación, mando una de mis colaboraciones. La he obtenido de la transcripción de voz a datos de Google. Y he modificado algunas cosas, pues no es lo mismo lo escrito que lo hablado
Hola, buenas noches. Hoy quiero hablaros del lunes que nunca viví.
Tras salir de Samoa, pusimos rumbo a las islas Fiyi. Y en ese trayecto ocurrió algo curioso: cruzamos la llamada línea internacional del cambio de fecha.
Esta línea, más que una frontera física, representa el punto convencional donde comienza un nuevo día. La Tierra es redonda, así que podríamos haber fijado ese inicio en cualquier lugar, pero se escogieron los 180 grados de longitud porque era el meridiano con menos población del planeta. Podría pensarse que es porque es el meridiano opuesto al meridiano de Greewich. Pero no, esa no fue la razón principal. Basta mirar un mapamundi, para darse cuenta de que en ese meridiano no hay tierras. Es el meridiano menos habitado del planeta.
Nuestro rumbo era hacia el oeste, y en cada huso horario que cruzábamos añadíamos una hora. Una tras otra, como quien colecciona minutos en una travesía.
Pero al llegar a la línea del cambio de fecha, lo que ocurrió fue más que una simple suma horaria...
Eran las 11 de la noche del domingo cuando la cruzamos. Como cambia el huso, pasamos a medianoche, es decir, las 12:00 de la noche o, si lo preferimos las 00:00, del lunes.
Pero —y aquí está el giro— al cruzar en dirección oeste, también debemos adelantar el día. Así que esas 00:00 del lunes se transformaron, como por arte de magia, en las 00:00 del martes.
Resultado: ese lunes jamás existió para nosotros.
Y no es broma. Si hubiéramos cruzado, por ejemplo, a las 5:25 de la mañana, habríamos pasado directamente a las 6:25 del día siguiente. La pérdida habría sido la misma: 25 horas de historia desaparecidas, repartidas entre el domingo y el lunes.
Eso fue todo por hoy.
Buenas noches.
Adenda 2025
Quiero compartir con vosotros una historia que no llegó a sonar en Onda Cero. Fue una decisión difícil: tenía que elegir entre contarla... o relatar aquel lunes que nunca viví. Y elegí el lunes. Pero esta otra merece su minuto de gloria.
En nuestro recorrido por Samoa hay algo que me llamó especialmente la atención. Algo que va más allá de playas paradisíacas y bailes con antorchas.
Samoa es uno de los pocos países que tiene el privilegio —o el capricho— de decidir en qué día vive. Sí, tal cual.
Porque por allí pasa, con algunas extrañas curvas políticas, la línea internacional de cambio de fecha.
Esa línea es la frontera invisible del calendario mundial: cruzarla significa cambiar de día.
Durante muchos años, Samoa vivió según la fecha de América. Sus lazos comerciales eran principalmente con Estados Unidos, así que su calendario estaba alineado con el hemisferio oriental (su hemisferio oriental).
Pero las dinámicas globales cambian. Y Samoa también cambió.
En 2011, el país dio literalmente un salto en el tiempo.
Pasaron directamente del 29 al 31 de diciembre, borrando el día 30 del calendario.
Dejaron de vivir en el ayer americano y se adelantaron al mañana de Australia, Nueva Zelanda y Asia, con quienes tenían ya la mayoría de sus intercambios comerciales.
No solo cambiaron de fecha. También cambiaron de huso horario, del UTC−11 al UTC+13.
Ahora son de los primeros en recibir el nuevo año, las celebraciones y —por qué no decirlo— las noticias.
Lo mismo ocurrió con las islas Tokelau, que están 600 km al norte, pero comparten meridiano. Otro salto discreto pero decisivo.
Así que ya veis, en ciertos rincones del mundo se puede elegir en qué día despertarse.
Y Samoa lo hizo.
Enviado por flexarorion a las 06:48 | 0 Comentarios | Enlace
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Cuando Hollywood tiembla: El espectáculo robótico de Universal Studios |
2025-07-15 |
En el año 2013 di la vuelta al mundo en barco. Semanalmente mandaba un "quesito" a Onda Cero, al programa de Eduardo Yáñez, "Déjame que te cuente", sobre mi experiencia. Por desgracia he perdido algunos de ellos. Ir con el ordenador por ciertos sitios para lograr un wifi para mandar mi colaboración era complicado. En otros sitios facilísimo (como en los McDonalds o en los Starbucks). A continuación, mando una de mis colaboraciones. La he obtenido de la transcripción de voz a datos de Google. Y he modificado algunas cosas, pues no es lo mismo lo escrito que lo hablado
Hola buenas noches.
Hace no muchas semanas, en los estudios Universal de Los Ángeles, estaba viendo un capítulo de la serie de televisión Bones. En ese episodio, los protagonistas entran en una estación de metro, y de repente, comienza un terremoto. La tierra empieza a moverse, y el techo —que es en realidad la carretera situada arriba— se viene abajo. Sobre esa carretera había un camión que transportaba un producto inflamable.
Con el impacto, la tierra continúa temblando, el techo cae, y parte del gas que estaba almacenado se incendia. Los protagonistas sienten el calor que emana del fuego. Poco después, gran parte de las luces se apagan, y se oye el ruido de un tren que se aproxima. El vagón aparece a lo lejos y se precipita contra el techo colapsado, retorciéndose violentamente.
Segundos más tarde, por el otro lado de la estación, empieza a brotar agua: se inicia una tremenda inundación. Finalmente, los protagonistas logran sobrevivir a la catástrofe.
Lo curioso —y lo que me ha sorprendido muchísimo— es que esta escena no solo la vi en televisión, sino que también la viví en persona, durante una visita a los estudios Universal en Hollywood. Al principio, cuando me propusieron ir, no me parecía una idea muy brillante. Pensaba que sería un parque de atracciones para niños. Pero fui... ¡y me alegré enormemente! Probablemente, de todo lo que he visto en este viaje hasta ahora, ha sido de lo más impresionante.
La escena que acabo de describir forma parte de las experiencias del tour por los estudios. En ellos se pueden ver ciudades de cartón piedra, cómo se rodaron películas como Jurassic Park, Jaws, y muchas más.
Durante la experiencia del terremoto en la estación de metro, íbamos en una especie de autobús sobre una plataforma móvil. La plataforma se agitaba de un lado para otro y de arriba abajo, haciendo que sintiéramos de verdad el temblor. Cuando el gas se incendia, sentimos el calor muy cerca. Y cuando el agua comienza a inundar el andén, nos mojamos; de hecho, las fotos que hice tienen gotas de agua sobre el objetivo.
Pero lo más sorprendente no fue vivirlo como si fuera real, sino descubrir que todo estaba movido por brazos robóticos. Así como suena: robótica pura. El techo que se desploma está controlado por un brazo robótico que lo inclina y mueve según lo necesiten. El vagón del tren también es accionado por otro brazo, que lo hace chocar y retorcerse a voluntad.
Las explosiones, el agua, el fuego… todo está activado por sistemas automáticos. Me impactó especialmente ver cómo la robótica se emplea en el mundo del cine para simular escenas tan impresionantes como esta.
También vimos en otro momento cómo se utilizan estos brazos robóticos en escenas de choques de coches: los vehículos se acercan, chocan, se montan uno sobre otro, dan vueltas… todo coordinado por estos sistemas.
Jamás habría imaginado que la robótica tuviera un papel tan importante en la industria cinematográfica.
Nada más por hoy. Hasta la próxima
Enviado por flexarorion a las 06:58 | 0 Comentarios | Enlace
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El monte más alto del mundo: ¿Everest, Mauna Kea, Kilimanjaro o Chimborazo ? |
2025-07-14 |
En el año 2013 di la vuelta al mundo en barco. Semanalmente mandaba un "quesito" a Onda Cero, al programa de Eduardo Yáñez, "Déjame que te cuente", sobre mi experiencia. Por desgracia he perdido algunos de ellos. Ir con el ordenador por ciertos sitios para lograr un wifi para mandar mi colaboración era complicado. En otros sitios facilísimo (como en los McDonalds o en los Starbucks). A continuación, mando una de mis colaboraciones. La he obtenido de la transcripción de voz a datos de Google. Y he modificado algunas cosas, pues no es lo mismo lo escrito que lo hablado
Hola, buenas noches
Quiero enviaros esta postal desde Honolulu aunque estoy teniendo algunas dificultades con el wifi. Pero ya os hablaré de eso en otra ocasión.
Hoy simplemente quería comentaros algo curioso: aquí, en Hawái, está la montaña Mauna Kea, que muchos consideran la más alta del mundo. Y sinceramente… no me parece tan descabellado.
Ya sé que algunos oyentes estarán pensando: «¡Pero qué dices, si todos sabemos que el más alto es el Everest!»
Pues sí… y no. Depende de cómo se mida.
Normalmente consideramos como base de la altura el nivel del mar. Pero ese nivel no es fijo; varía con el tiempo. Por ejemplo, hace 15.000 años estaba 120 metros más bajo que ahora. Eso significa que en aquel entonces, el Everest era 120 metros más alto respecto a ese nivel. Nos hace dudar de que esa forma de medir sea realmente la mejor.
Otra manera de hacerlo sería medir desde la base del monte —es decir, desde donde comienza a subir— hasta la cumbre. Si usamos ese criterio, el más alto sería el Kilimanjaro, cuya base está mucho más abajo, en tierra firme.
Pero si incluimos los montes que nacen desde el fondo del mar, entonces la cosa cambia. Mauna Kea empieza en el lecho oceánico, y desde allí hasta su cima mide más de 10.000 metros, superando al Everest por bastante.
Y aún hay una tercera forma de medir la altura de una montaña: la distancia desde la cima hasta el centro de la Tierra.
Y aquí entra una peculiaridad geofísica: la Tierra no es una esfera perfecta, sino un geoide, más achatado por los polos y más «abultado» por el Ecuador.
Eso significa que un monte situado cerca del Ecuador está más lejos del centro de la Tierra, incluso si su altura no es muy grande respecto al nivel del mar.
Y en este caso, el ganador es… el Chimborazo, en Ecuador.
Aunque no sea muy alto en términos absolutos, su posición ecuatorial le da ese «plus» en distancia desde el centro de la Tierra.
Así que, según cómo lo midamos:
• En altura respecto al mar: Everest
• Desde la base física del monte: Kilimanjaro
• Desde el fondo del océano: Mauna Kea
• Desde el centro de la Tierra: Chimborazo
Por tanto, la idea de los hawaianos no es ninguna tontería… ¡cada uno tiene su récord!
Nada más esta noche.
Hasta mi próxima postal radiofónica.
Enviado por flexarorion a las 08:46 | 0 Comentarios | Enlace
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Tequila y dramaturgos: el alma de Puerto Vallarta |
2025-07-14 |
En el año 2013 di la vuelta al mundo en barco. Semanalmente mandaba un "quesito" a Onda Cero, al programa de Eduardo Yáñez, "Déjame que te cuente", sobre mi experiencia. Por desgracia he perdido algunos de ellos. Ir con el ordenador por ciertos sitios para lograr un wifi para mandar mi colaboración era complicado. En otros sitios facilísimo (como en los McDonalds o en los Starbucks). A continuación, mando una de mis colaboraciones. La he obtenido de la transcripción de voz a datos de Google. Y he modificado algunas cosas, pues no es lo mismo lo escrito que lo hablado
Hola, buenas noches.
Hace unos días que pasamos por Puerto Vallarta, en el sur de México, camino de Cabo San Lucas. Muchos oyentes sabrán que Puerto Vallarta es hoy un importante centro de veraneo, con playas de arena fina, temperaturas cálidas y ese ambiente vacacional que todos asociamos con el Pacífico mexicano.
Pero lo interesante es que hace no tanto, Puerto Vallarta no era más que un pequeño pueblo de pescadores… hasta que un acontecimiento lo transformó. El célebre dramaturgo Tennessee Williams escribió una obra que sería la semilla de una adaptación cinematográfica icónica: «La noche de la iguana», dirigida por John Huston en 1964. El rodaje tuvo lugar en Puerto Vallarta, y atrajo a estrellas como Richard Burton y Ava Gardner, convirtiendo el lugar en foco de atención internacional. Para rematar la fama del destino, la serie de televisión Vacaciones en el mar solía cerrar sus episodios allí.
Hoy no quiero hablar de las playas, sino de una experiencia más íntima: he aprovechado nuestra parada para visitar una pequeña fábrica de tequila.
Como en tantas culturas, la gente ha sabido usar lo que la naturaleza les ofrece para crear su propia bebida alcohólica. En este caso, lo que hay son cactus, y el tequila se hace con el agave azul.
Yo, desde mi falta de experiencia botánica, comenté que el agave me recuerda al aloe vera. Uno de mis compañeros se escandalizó: «¡No se parecen en nada!» Tal vez no, aunque la silueta sí me lo evoca.
Existe otro tipo, el agave verde, que también puede fermentarse, pero produce un alcohol de mala calidad, causante de dolor de cabeza. El tequila verdadero, el bueno, se hace del agave azul, que como su nombre indica, tiene un ligero tono azulado.
El proceso es artesanal, pero fascinante:
• Se cortan las hojas, dejando el corazón central, como una gran «piña».
• Ese corazón se machaca y se extrae un jugo rico en azúcares.
• Se deja fermentar unos días, obteniendo un vino de agave, de baja graduación y no muy agradable al paladar.
• Luego se destila en un alambique, que simplemente calienta y condensa los vapores resultantes. El alcohol se evapora antes que el resto, y al condensarlo, obtenemos el tequila.
Pero atención: esto no se debe hacer en casa. El primer tercio de alcohol que se extrae es metanol, no etanol, y puede causar ceguera o incluso la muerte. Así que, mejor dejarlo en manos de quienes saben.
En resumen, el tequila es simplemente un vino de cactus destilado, y como tantas cosas mexicanas, tiene una historia tan profunda como festiva.
Eso es todo por hoy. En mi próxima intervención, compartiré más historias de esta travesía que sigue dejándome asombrado. Se me olvidaba, en la fábrica nos ofrecieron una degustación, y, cómo no, compramos un par de bottelas. ¡Chin chin, à votre santé!
Enviado por flexarorion a las 08:20 | 0 Comentarios | Enlace
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La revolución silenciosa del contenedor y el PC |
2025-07-14 |
En el año 2013 di la vuelta al mundo en barco. Semanalmente mandaba un "quesito" a Onda Cero, al programa de Eduardo Yáñez, "Déjame que te cuente", sobre mi experiencia. Por desgracia he perdido algunos de ellos. Ir con el ordenador por ciertos sitios para lograr un wifi para mandar mi colaboración era complicado. En otros sitios facilísimo (como en los McDonalds o en los Starbucks). A continuación, mando una de mis colaboraciones. La he obtenido de la transcripción de voz a datos de Google. Y he modificado algunas cosas, pues no es lo mismo lo escrito que lo hablado
Hola, buenas noches.
Sigo compartiendo algunas de mis experiencias durante la vuelta al mundo en barco.
Acabamos de pasar por varios puertos cuya imagen es impresionante: una inmensidad de contenedores apilados, ordenados uno encima de otro y lado a lado, rodeados de grúas gigantes cargando mercancía en barcos portacontenedores. Esta visión es radicalmente distinta de lo que había hace 60 años. Entonces, los puertos estaban llenos de grandes almacenes y una multitud de estibadores que transportaban cargas de todo tipo: unas en cestas de mimbre, otras con cuerdas… Cada objeto se manipulaba manualmente, con cuidado y de forma personalizada debido a sus diferencias.
Hoy en día, todo se mueve en contenedores, y lo más sorprendente es que son contenedores con medidas universales. Existen solo dos tamaños estándares, y gracias a eso se pueden apilar, transportar y cargar eficientemente en cualquier puerto del mundo. Imaginen si en vez de haber una medida universal, Estados Unidos hubiera tenido una, Gran Bretaña otra, China otra distinta… Sería imposible apilarlos, y las grúas no podrían atraparlos correctamente, ya que los enganches no coincidirían.
Para mí, el gran triunfo del transporte del siglo XX ha sido el contenedor. Pero más aún, el verdadero éxito ha sido haber alcanzado una norma común aceptada por todos los países del mundo. Eso tiene muchísimo valor. Las normas permiten uniformidad, competencia abierta y simplificación de problemas.
Esto me lleva a pensar en otro hito: el famoso PC lanzado por IBM en 1981. No fue mejor que otros ordenadores anteriores, ni mucho menos. Su importancia estuvo en que estableció una norma. Todo el mundo empezó a fabricar «clones» del PC, lo que generó competencia, diversidad de opciones y bajada de precios.
Insisto: contenedores y PC nos enseñan el poder de las normas. Y quizás, también nos invitan a reflexionar sobre la necesidad de alejarnos de sistemas exclusivos que no se conectan ni cooperan con nada más que consigo mismos.
Eso es todo por hoy. Hasta mi próxima intervención, que creo será desde Puerto del Cabo San Lucas, en Baja California, México.
Enviado por flexarorion a las 07:39 | 0 Comentarios | Enlace
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La ley de Moore y el futuro que nos espera |
2025-07-13 |
Tras dar la vuelta al mundo tuve unos meses de reflexión, de ordenar fotos, de releer los cuadernos que había escrito, etc. El día 25 de junio de 2014, volví a las ondas, en el programa dirigido por Eduardo Yáñez, que se llama "Déjame que te cuente". He recuperado el audio de unos DVD que tenía mi padre, que era uno de mis oyentes (no sé si tenía algún otro). La recuperación ha sido muy problemática. La he tenido que corregir. Esta es la versión corregida, que no coincide exactamente con lo que dije, pero la idea general es correcta.
Emitido 25 de junio de 2014
Hola a todos. Por motivos personales que no vienen al caso, he estado unos meses sin estar en contacto con vosotros. Hoy retomo esa conexión, y estoy realmente contento por ello.
Para celebrar mi vuelta, quiero hablaros del optimismo, del optimismo hacia el futuro. Pero no se trata de un optimismo vacío, sino de un optimismo razonado.
Para ello, os pido que penséis en lo que se conoce como la Ley de Moore. Esta ley fue enunciada por uno de los fundadores de Intel, la empresa que fabrica los chips de la mayoría de nuestros ordenadores. Gordon Moore se dio cuenta de que en el mundo de la electrónica, aproximadamente cada año y medio —o cada dos años según las estimaciones actuales— se duplicaba la capacidad tecnológica manteniendo el mismo precio.
Esta idea, que a primera vista parece no tener grandes implicaciones, resulta ser revolucionaria. Pensemos en un ejemplo: si salgo de casa y doy pasos de un metro, tras 30 pasos habré recorrido 30 metros. Pero si cada paso duplica la longitud del anterior —el primero es de 1 metro, el segundo de 2, el tercero de 4, y así sucesivamente— al llegar al paso número 30 habría recorrido ¡más de 500 millones de metros!
Algo similar ha ocurrido con la capacidad de cálculo. Desde el año 1900 hasta 2014, han pasado 114 años, lo que equivale a 57 ciclos de duplicación (si consideramos uno cada dos años). Esto significa que lo que en 1900 costaba un euro hoy nos proporciona 50.000 billones (billones españoles: 10 elevado a 12) de cálculos.
Y no solo ocurre con los procesadores. Lo mismo pasa con las memorias, los discos duros, el ancho de banda... todo mejora exponencialmente.
Lo fascinante es que cada vez más cosas se están convirtiendo en informática. La investigación científica, por ejemplo, depende enormemente de ella. Si la informática se duplica cada dos años, también lo hace la capacidad de investigación.
Pensemos ahora en dos aspectos que nos afectan a todos: la farmacología y la medicina. Antes, desarrollar un fármaco requería años de trabajo y muchos intentos fallidos. Hoy en día, algoritmos informáticos pueden analizar estructuras moleculares y sugerir compuestos prometedores. La medicina también está viviendo una revolución: diagnósticos más precisos, herramientas más potentes y operaciones asistidas por robots.
Si todo esto sigue duplicándose cada dos años, el resultado es asombroso. En muy poco tiempo podríamos tener medicinas accesibles y una atención médica de alta calidad a precios reducidos.
Así que sí, yo veo el futuro con optimismo. Gracias, en parte, a la ley de Gordon Moore.
Nada más por hoy. Hasta mañana.
Adenda 2025
Leído esto, hoy me hace pensar que pequé de optimista. Aunque tal vez merezca una reflexión.
Mi optimismo de 2014 tenía fundamentos sólidos: la Ley de Moore, el crecimiento exponencial de la informática, los avances en medicina y farmacología… todo apuntaba a un futuro más próspero. Y en muchos aspectos, no me equivoqué: la tecnología ha avanzado de forma vertiginosa, y hay más conocimiento, conectividad y capacidad de diagnóstico que nunca.
Pero hay factores que no se comportan como los transistores dentro de un chip:
La desigualdad ha aumentado
Aunque la riqueza global ha crecido, su distribución se ha vuelto más desigual. En España, por ejemplo, los más ricos ganan hasta 64 veces más que la media. A nivel mundial, el 1 % más rico acumula tanta riqueza como el 95 % restante. La concentración de capital y poder ha frenado el impacto positivo que esperaba.
La felicidad no sigue al PIB
El Informe Mundial de la Felicidad 2025 muestra que países como EE. UU., Francia o Alemania han descendido en el ranking. España también ha bajado posiciones. ¿La razón? Más soledad, menos confianza social, y una desconexión entre el progreso material y el bienestar emocional.
Crisis inesperadas
La pandemia, la guerra en Ucrania, la inflación e hipersensibilidad, creada artificialmente, sobre el llamado Cambio Climático han cambiado las reglas juego. Muchos avances se han visto ralentizados o desviados hacia la gestión de emergencias. La enorme insistencia en disminuir las emisiones de Co2, viendo ta solo una parte del proceso y no viendo el panorama completo nos han llevado a decisiones absurdas. Por ejemplo, el coche eléctrico, se ha insistido en que no contamina. Veámoslo en su totalidad, no contamina en la ciudad donde circula, pero sí contamina en la producción del coche, en la producción de sus baterías y en la producción de la electricidad. Por lo tanto, eso de que no contamina es mentira. Recuerdo que fue más o menos en 2010 cuando tuve un cara a cara con el alcalde de San Sebastián Odón Elorza. Bueno, lo de cara a cara es un decir, pues él estaba en los estudios de televisión en San Sebastián y yo estaba en La Coruña. Él decía que el coche eléctrico no contaminaba y yo decía que sí que contaminaba. Tal vez menos que el de gasoil, pero que en toda su vida contaminaba mucho. Es decir, Odón Elorza solo se quedó con parte de la película. No vio el panorama completo: el ciclo de vida completo de un coche. Incluso estudios recientes nos dicen que ciertos coches diésel, si consideramos todo su ciclo de vida, contaminan menos que los eléctricos.
Por desgracia, casi nadie hace un estudio completo. Soy consciente de que en ciudades como Madrid, la contaminación de los coches hace la atmósfera bastante irrespirable. Entonces, bajo esa premisa, si se obliga a que los coches sean eléctricos, lo entiendo y me parece razonable. Los eléctricos contaminan menos la atmósfera que respiran los madrileños. Por tanto, estaría de acuerdo en obligar a que los coches en Madrid capital fueran eléctricos (siempre que se lograra solucionar el terrible problema de cómo llevar las enormes potencias eléctricas que se necesitan para cargar los coches, lo que no es un problema nada sencillo: tal vez estaciones de carga rápida con una minicentral nuclear al lado). Pero lo que parece irresponsable es decir que es «por el Cambio Climático» (lo que es falso).
Del mismo modo quedaría sumamente agradecido que en las ciudades prohibiesen las motos de combustión interna y obligasen a que fueran eléctricas, pero no por el Cambio Climático, sino por el estruendoso ruido que producen las puñeteras motos de combustión interna. El ruido es una gran contaminación.
La tecnología no es neutral
Aunque la informática se ha duplicado cada dos años, su aplicación no siempre ha sido equitativa. La automatización ha creado riqueza, pero también ha desplazado empleos. La IA tiene potencial, pero también genera incertidumbre sobre el futuro laboral. Y no, no estoy promoviendo un ludismo. Lo que tenemos que hacer es pararnos a reflexionar. Ya no me valen conceptos disparatados de izquierdas o derechas, hay que pensar en cómo la humanidad puede sacar provecho de los avances, pero que no se queden para unos pocos, sino para todos. No tengo ni la más p4ta idea de cómo lograrlo, por eso digo que hay que reflexionar, sin lastres ideológicos. Lo que era bueno para el siglo XIX es nefasto para el XXI. No sé cómo hacerlo, pero sé que si lo queremos podemos lograrlo.
La medicina ha avanzado, pero no para todos
Sí, hay terapias genéticas, cirugía robótica y diagnósticos por IA. Pero el acceso sigue siendo desigual. En muchos países, la atención médica de calidad sigue siendo un lujo.
En España, la atención médica desde 2014 a hoy ha sufrido un empeoramiento drástico. Sobre todo, las colas han crecido enormemente tanto en la sanidad pública como en la privada (aunque la privada es algo mejor). La falta de profesionales es terrorífica. No hay médicos, ni enfermeras. Lo cual tiene muchas causas, no hay una única. Hay una falta de profesionales pues los mayores se jubilan y no hay reemplazo poblacional. La disminución de natalidad es uno de los grandes culpables. Pero también hay una culpabilidad social. Antes un médico era una autoridad, ahora cualquier paciente puede ofenderles y poner quejas que pueden acabar con su carrera. Han pasado de ser una autoridad (en su campo) respetada a ser vilipendiados. Ahora no se admite que un médico es humano y como tal puede equivocarse. Reivindico que los médicos son humanos Reivindico que cómo humanos pueden equivocarse. Si se equivocan de buena fe, no hay razón alguna para llevarlos a los tribunales. En caso contrario ocurre lo que empieza a observar, el médico de cabecera rara vez "se moja", te manda al especialista. Estoy convencido que, en una situación social menos hostil, el médico de cabecera podría solucionar miles de problemas sin acudir al "especialista", pero el temor a ser denunciado hace que se "laven las manos".
Mi error
Mi error no fue de cálculo, sino de contexto: asumí que el progreso técnico traería automáticamente progreso humano. Pero la felicidad, la equidad y la cohesión social requieren algo más que transistores.
Enviado por flexarorion a las 07:12 | 0 Comentarios | Enlace
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Atravesando el corazón de América: mi paso por el Canal de Panamá |
2025-07-12 |
En el año 2013 di la vuelta al mundo en barco. Semanalmente mandaba un "quesito" a Onda Cero, al programa de Eduardo Yáñez, "Déjame que te cuente", sobre mi experiencia. Por desgracia he perdido algunos de ellos. Ir con el ordenador por ciertos sitios para lograr un wifi para mandar mi colaboración era complicado. En otros sitios facilísimo (como en los McDonalds o en los Starbucks). A continuación, mando una de mis colaboraciones. La he obtenido de la transcripción de voz a datos de Google. Y he modificado algunas cosas, pues no es lo mismo lo escrito que lo hablado
Hoy hemos cruzado el Canal de Panamá. Nos ha llevado prácticamente todo el día, pero ha sido una jornada fascinante. Desde la cubierta del barco, contemplar esta inmensa obra de ingeniería civil me dejó maravillado. Pensar que este canal, que hoy facilita el paso de miles de barcos cada año, fue inaugurado en 1914… ¡Hace casi cien años!
Mientras avanzábamos lentamente, rodeados por la selva tropical, mi mente viajaba a los primeros días de su construcción. Los ingenieros de aquel entonces se enfrentaron a retos titánicos. No solo tenían que excavar roca durísima y construir represas y esclusas en medio de la jungla, sino que se toparon con un enemigo invisible y letal: los mosquitos. Las enfermedades tropicales, como la malaria y la fiebre amarilla, diezmaban a los trabajadores. La situación era tan grave que el prestigioso ingeniero francés Ferdinand de Lesseps —el mismo del Canal de Suez— no logró culminar la obra.
Fue finalmente Estados Unidos, y concretamente su ejército, quien tomó las riendas. Gracias a medidas sanitarias, conocimientos médicos y una logística militar impresionante, el canal pudo terminarse. Hoy, esta vía representa un ahorro monumental en tiempo y distancia: evita a los barcos una vuelta de 26,000 kilómetros por Sudamérica.
Para que nos hagamos una idea, solo en 2009 cruzaron el canal más de 14,000 buques, transportando alrededor de 200 millones de toneladas de mercancías. Todo esto gracias a una obra que, con más de un siglo de vida, sigue siendo vital.
Nada más hoy. Hasta mi próxima intervención que supongo que será en algún lugar del Océano Pacífico.
Enviado por flexarorion a las 08:34 | 0 Comentarios | Enlace
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El crepúsculo en los trópicos |
2025-07-11 |
En el año 2013 di la vuelta al mundo en barco. Semanalmente mandaba un "quesito" a Onda Cero, al programa de Edurado Yáñez, "Déjame que te cuente", sobre mi experiencia. Por desgracia he perdido algunos de ellos. Ir con el ordenador por ciertos sitios para lograr un wifi para mandar mi colaboración era complicado. En otros sitios facilísimo (como en los McDonalds o en los Starbucks). A continuación, mando una de mis colaboraciones. La he obtenido de la transcripción de voz a datos de Google. Y he modificado algunas cosas, pues no es lo mismo lo escrito que lo hablado
Una de las cosas que más nos asombran a quienes venimos de latitudes medias, como nosotros, cuando navegamos por los trópicos, es la precisión casi matemática con la que el sol organiza el día: amanece alrededor de las seis de la mañana y se pone sobre las seis de la tarde. Como si alguien hubiese partido el tiempo en dos mitades exactas —doce horas de luz, doce de oscuridad— con la elegancia de un compás.
Pero lo que me dejó realmente perplejo fue otra cosa: la fugacidad del crepúsculo. En nuestras tierras, desde que el sol se oculta hasta que la noche cae por completo, pasa fácilmente cerca de una hora. En los trópicos, en cambio, apenas transcurren quince minutos. Y ya es noche cerrada.
La explicación, aunque parezca compleja, es bastante visual si uno se lo imagina. La duración del crepúsculo depende de la refracción de la luz solar en la atmósfera. Cuanta más atmósfera atraviesen los rayos del sol, más largo es el crepúsculo.
Imaginemos que la Tierra es una naranja, y que la atmósfera es su corteza. En los trópicos, cerca del ecuador, el sol lanza sus rayos casi verticalmente. Es decir, la luz solar atraviesa la atmósfera en línea recta, recorriendo solo el grosor de la “corteza”.
Ahora cambiemos de escenario: imaginemos que el sol sigue en el ecuador, pero nosotros estamos a 42 grados de latitud, como en España. Los rayos del sol nos llegan inclinados, lo que obliga a la luz a recorrer una distancia mucho mayor dentro de la atmósfera. Esa inclinación prolonga el crepúsculo y nos regala esa luz mágica de transición entre el día y la noche.
Y así, desde esta esquina del planeta donde el sol no se entretiene en decir adiós, les dejo esta pequeña reflexión. Seguimos navegando juntos, hasta la próxima escala.
Enviado por flexarorion a las 07:20 | 0 Comentarios | Enlace
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Ilusiones cerebrales: cuando el después modifica el antes |
2025-07-11 |
Esta es una nota de mis colaboraciones en julio y agosto de 2020, en Onda Cero, en el programa de Eduardo Yáñez, al que agradezco su paciencia por permitirme hablar de tan peregrinas ideas. No es exactamente lo que dije. Son las notas que tenía preparadas a la hora de ponerme ante el micrófono, no lo que dije. Esta fue mi última intervención de ese verano. Ni siquiera estoy seguro de que se emitiera, aunque yo lo preparé por si acaso
28 de agosto de 2020
Esta noche quiero hablar de cómo la forma de funcionar nuestro cerebro hace que sucesos que ocurren DESPUÉS afectan a lo que percibimos de un suceso que ha ocurrido ANTES.
Nuestro cerebro recibe multitud de estímulos de órganos diferentes y debe determinar lo que realmente está ocurriendo a partir de ellos. Para poder hacerlo nuestro cerebro utiliza hipótesis sobre el entorno. Esas hipótesis normalmente funcionan; pero en casos raros producen ilusiones. Las ilusiones son como ventanas que nos permiten vislumbrar los procesos que ocurren en nuestro cerebro.
En el Instituto Tecnológico de California, han desarrollado dos nuevas e interesantes ilusiones. La primera se llama el «El conejo ilusorio». En ella se pone al sujeto experimental ante la pantalla de un ordenador. Suena un bip y rápidamente en la parte izquierda del ordenador aparece un flash luminoso. 58 milisegundos después del primer bip se produce otro bip. Esta vez sin flash de luz. Otros 58 milisegundos después, vuelve a sonar un blip e inmediatamente después un flash. Lo sorprendente es que todos los sujetos experimentales, ven tres flashes uno a la izquierda, otro en el centro y otro a la derecha.Y recordemos que el del centro nunca se produjo. El cerebro ha asumido que detrás de un bip hay un flash y aunque la realidad era distinta, nos hace ver el flash (el conejo) del medio. Nuestro cerebro asume una realidad falsa.
La segunda ilusión es un poco la contraria «El conejo inexistente». La experiencia es muy parecida, pero en este caso aparecen los tres flashes (izquierda, centro, derecha) pero no hay bip en el centro. Los sujetos no ven el flash del centro, aunque SÍ que ha existido.
La posible explicación es la misma de antes. El cerebro asume que tras el bip hay un flash. Como ha habido un flash sin sonido, llega a la ERRONEA conclusión, de que no ha habido flash (conejo). El conejo se ha vuelto invisible.
Este trabajo ha aprecido en la revista PLUS ONE y el autor principal es Noelle R. B. Stiles.
Buenas noches. Hasta la próxima temporada.
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🎙️ “Tan ligero como tu aroma”: cuando el cuerpo se deja llevar por los sentidos |
2025-07-10 |
Esta es una nota de mis colaboraciones en julio y agosto de 2020, en Onda Cero, en el programa de Eduardo Yáñez, al que agradezco su paciencia por permitirme hablar de tan peregrinas ideas. No es exactamente lo que dije. Son las notas que tenía preparadas a la hora de ponerme ante el micrófono, no lo que dije.
El otro día estaba curioseando en una base de datos científica —como quien hojea una revista esperando encontrar recetas— y me topé con este título que me dejó pensando: Tan ligero como tu aroma. ¡Confieso que por un momento pensé que hablaban de un anuncio de colonia!
Pero no: resulta que es un estudio presentado en el congreso Interact 2019, firmado por Giada Brianza, de la Universidad de Sussex, con colaboración de la Universidad Carlos III. Y la cosa va en serio: los olores y los sonidos influyen en cómo percibimos nuestro propio cuerpo. Es decir, que tu nariz y tus orejas tienen más poder sobre tu autoestima que tu espejo del baño.
👃 ¿Olor a limón? Te sientes más delgado.
🍮 ¿Olor a vainilla? Más rellenito.
🔊 ¿Sonidos agudos como los de un arpa cristalina? Te sientes liviano y ágil.
🔇 ¿Frecuencias bajas? Cuerpo pesado, como si hubieras desayunado ladrillos.
Así que, según los autores, podríamos usar estos estímulos para animarnos a hacer ejercicio o sentirnos mejor con nuestra imagen corporal. ¡Una playlist aguda y unos ambientadores cítricos pueden ser más baratos que el gimnasio!
🎧 En lo personal, peso 108 kilos. Esta noche me voy a acostar perfumado con limón y me pondré de fondo El pájaro campana, esa música paraguaya que suena como si el arpa hubiera decidido elevarme. Si todo sale bien, mañana me despierto flotando sobre las sábanas y con ganas de bailar zumba en el desayuno.
🦋 Que los sentidos te acompañen. Buenas noches… y hasta mañana.
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Cuando el universo decide: la extinción que vino del espacio |
2025-07-10 |
Esta es una nota de mis colaboraciones en julio y agosto de 2020, en Onda Cero, en el programa de Eduardo Yáñez, al que agradezco su paciencia por permitirme hablar de tan peregrinas ideas. No es exactamente lo que dije. Son las notas que tenía preparadas a la hora de ponerme ante el micrófono, no lo que dije.
🎙️ Segunda extinción masiva y la explosión de supernovas
Cuando de pronto aparece en el cielo una estrella donde antes no había nada, en latín se le llamaba nova: nueva. Pero no todas las novas brillan igual. En 1931, Walter Baade y Fritz Zwicky dieron un nuevo nombre a las más luminosas: supernovas.
En la historia de la Tierra ha habido cinco grandes extinciones masivas, eventos que acabaron con más del 75% de las especies vivas. La más famosa es la quinta, la que se llevó por delante a los dinosaurios. La versión oficial apunta al impacto de un meteorito, aunque yo, personalmente, no descarto el papel del vulcanismo.
La primera gran extinción ocurrió hace 443 millones de años, entre el Ordovícico y el Silúrico. Y según algunos estudios, la culpable fue una supernova cercana cuya radiación barrió la atmósfera terrestre.
La segunda extinción tuvo lugar hace 367 millones de años, en el paso del Devónico al Carbonífero. Desapareció el 82% de las especies vivas. Durante mucho tiempo se pensó que el origen estuvo en nuevas plantas terrestres que liberaban nutrientes en el océano, provocando una explosión de algas y la consiguiente reducción del oxígeno. Pero puede que eso no sea toda la historia.
🧪 Un artículo reciente publicado en PNAS, desde la Universidad de Urbana-Champaign, aporta pruebas de que esta extinción también fue causada por la explosión de una supernova, a unos 65 millones de años luz. ¿La evidencia? Isótopos exóticos de plutonio y samario encontrados en capas de esa época, que solo pudieron formarse en ese tipo de evento cósmico y sobrevivir en la Tierra durante tan poco tiempo.
El estudio afirma que la supernova golpeó dos veces: primero con radiación ultravioleta, rayos X y gamma, letales para la vida; y después con partículas subatómicas, que viajaban más despacio. El efecto más devastador fue la destrucción de la capa de ozono.
Este trabajo no solo defiende la hipótesis de la supernova, sino que nos recuerda algo profundo: la vida en la Tierra está entretejida con procesos cósmicos. No somos una isla flotando en el vacío. Estamos conectados al universo en formas que apenas empezamos a comprender.
✨ Buenas noches... y hasta mañana.
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¿De dónde procede nuestra habilidad de leer? |
2025-07-09 |
Esta es una nota de mis colaboraciones en julio y agosto de 2020, en Onda Cero, en el programa de Eduardo Yáñez, al que agradezco su paciencia por permitirme hablar de tan peregrinas ideas. No es exactamente lo que dije. Son las notas que tenía preparadas a la hora de ponerme ante el micrófono, no lo que dije.
25 de agosto de 2020
¿De dónde procede nuestra habilidad de leer?
Leer es un proceso sumamente complejo. Hay que reconocer las palabras, asignar un significado a las mismas y asociar las palabras con su correspondiente sonido.
Pero la escritura y la lectura tan solo tiene unos miles de años, lo que es insuficiente para que la evolución haya creado una maquinaria cerebral especializada para ello.
Para hacerlo hay muchas zonas cerebrales implicadas, pero hay una fundamental: el reconocimiento de palabras y separarlas de un conjunto de letras sin sentido o escritas en un idioma extraño.
Desde hace mucho tiempo se pensaba que lo que había ocurrido es algo habitual en la evolución: partes del cerebro que hacían una función se han empleado para otras.
Pero una cosa es tener una hipótesis y otra diferente demostrarla.
Esto que era una hipótesis acaba de ser demostrado en un artículo de Nature Comunications, dirigido por Rishi Rajalingham del MIT. Con equipos de resonancia magnética funcional, se ha demostrado que para identificar palabras, la región que se utiliza es la llamada VWFA, el área visual que reconoce palabras y que se sitúa en el córtex inferotemporal, que es la zona del córtex dedicada a la identificación de objetos.
Es decir, que un área que servía para identificar objetos se ha especializado en identificar palabras. Parece lógico.
Los investigadores han estudiado otras partes del cerebro que pudieran hacer esa labor; pero el resultado es que el córtex inferotemporal es el mejor adaptado para reutilizarse en el reconocimiento de palabras.
Buenas noches. Hasta mañana.
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¿Cuál es el lugar más cálido de la superficie terrestre? |
2025-07-09 |
Esta es una nota de mis colaboraciones en julio y agosto de 2020, en Onda Cero, en el programa de Eduardo Yáñez, al que agradezco su paciencia por permitirme hablar de tan peregrinas ideas. No es exactamente lo que dije. Son las notas que tenía preparadas a la hora de ponerme ante el micrófono, no lo que dije.
24 de agosto de 2020
¿Cuál es el lugar más cálido de la superficie terrestre?
Obviamente, la lava de un volcán al salir es muy cálida y está en la superficie terrestre; pero lo que buscamos no es ese tipo de fenómenos puntuales; sino una gran superficie, en la que haya altas temperaturas durante varios meses, y queremos saber dónde están y cuál es la que se considera más alta.
También debemos considerar la precisión de las medidas. Por ejemplo, el 10 de julio de 1913, en el Valle de la Muerte en California, se registraron 56,7º C, pero esta medida ha sido discutida y no todos la aceptan.
Probablemente al pensar en el lugar más cálido de la superficie terrestre lo tengamos en algún desierto de África, Asia u Oriente Medio. Y, efectivamente, en esos continentes hay lugares donde las temperaturas alcanzan más de 50ºC a la sombra.
Por ejemplo, en Libia, en el desierto Al Aziziya, se dice que el 13 de septiembre de 1922 alcanzó los 57,7 º C a la sombra. Pero la medida no es totalmente fiable.
En las montañas flameantes de China, la temperatura promedio del verano ronda los 50º C. Lo mismo ocurre en el Wadi Halfa de Sudán. Y observen que he dicho promedio.
En Tombuctú, en Malí, la temperatura media del verano es de 40º C, pero se han registrado los 54º C.
En Kabili, en Túnez, se han medido 55ºC.
Y este año, el 16 de agosto, en el Valle de la Muerte, de California, se alcanzaron los 54,4ºC, que es el valor más alto registrado desde que hay medidas confiables. California estuvo sufriendo una oleada que hizo que los ciudadanos tuvieran que encender el aire acondicionado, y el consumo de electricidad ha crecido. Una planta de energía falló en sábado 15, y ha dejado sin electricidad a varias zonas de California.
Teniendo en cuenta todos los datos y la fiabilidad de los mismos podemos decir que probablemente el lugar que haya alcanzado la temperatura más alta en la superficie terrestre sea el Valle de la Muerte en California, seguido de algunos lugares del Medio Oriente y del Sahara.
Buenas noches. Hasta mañana.
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Las comillas delatoras |
2025-07-09 |
Esta es una nota de mis colaboraciones en julio y agosto de 2020, en Onda Cero, en el programa de Eduardo Yáñez, al que agradezco su paciencia por permitirme hablar de tan peregrinas ideas. No es exactamente lo que dije. Son las notas que tenía preparadas a la hora de ponerme ante el micrófono, no lo que dije.
Al escribir el título me he acordado de aquella vieja adivinanza. Se trataba de adivinar el nombre de la película con unas cuantas pistas. El narrador dice: se levanta el telón, en el escenario hay una boñiga de vaca. ¿Cómo se llama la película? La respuesta es "La huella delatora". Obviamente la cagada de vaca es "de la tora".
Cuando esta adivinanza se puso de moda no hacía mucho que se había estrenado la película "Sleuth" (1972) dirigida por Joseph L. Mankiewiccz y que en España se tradujo como "La huella delatora".
🎙️ Buenas noches, oyentes.
Hoy quiero hablaros de algo que parece menor, pero dice mucho de cómo nos relacionamos con el lenguaje y la tecnología: las comillas. En especial, las comillas latinas —esas que se parecen a una “V” tumbada, o como dirían los más matemáticos, dos signos de «menor que» seguidos por dos signos de «mayor que»: « ».
Siempre que puedo hacerlo fácilmente, me gusta usarlas. ¿Dónde resulta sencillo? Pues en procesadores como LibreOffice u OpenOffice. Basta con pulsar la tecla que está encima del número dos —la de las comillas inglesas— y ¡voilà! Ahí aparecen nuestras queridas comillas latinas.
Pero en otros entornos, como el correo electrónico o WhatsApp, el asunto se complica. Se puede, sí, pero resulta engorroso. Por eso, a veces me resigno a usar las comillas inglesas —esas dos comitas que aparecen sobre la palabra: "así".
Lo cierto es que estas comillas latinas están desapareciendo poco a poco de nuestros teclados, y en mi opinión, es una auténtica pena. Son más elegantes, más bonitas, y además, la Real Academia Española recomienda su uso.
Cada familia idiomática tiene su estilo:
• En el mundo anglosajón, dominan las comillas inglesas: " ".
• Los franceses usan las mismas latinas que en español, pero añaden un espacio entre la comilla y la palabra.
• Y los alemanes… ¡van al revés! Lo que para nosotros es abrir, para ellos es cerrar, y viceversa.
📰 Hace poco, un periódico informaba sobre una supuesta comunicación de la CIA a los Mossos d’Esquadra en 2017, alertando de un posible atentado en La Rambla. Julian Assange, fundador de WikiLeaks, reaccionó en Twitter señalando que el documento usaba comillas latinas: « ». Algo extremadamente raro en un informe de la CIA. Yo coincido con Assange: es poco probable, aunque no imposible.
Lo que sí es seguro es que nuestros teclados están dejando atrás signos tan nuestros como estas comillas. Quizás sea momento de pedirle a los fabricantes que las reincorporen, y devolverles el lugar que merecen.
No tenemos ninguna razón para renunciar a nuestras raices latinas.
✨ Nada más por hoy. ¡Buenas noches!
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Sobre Policía científica: Las fibras textiles pueden transmitirse entre ropas sin que haya habido contacto físico |
2025-07-07 |
Esta es una nota de mis colaboraciones en julio y agosto de 2020, en Onda Cero, en el programa de Eduardo Yáñez, al que agradezco su paciencia por permitirme hablar de tan peregrinas ideas. No es exactamente lo que dije. Son las notas que tenía preparadas a la hora de ponerme ante el micrófono, no lo que dije.
22 de agosto de 2020
Sobre Policía científica: Las fibras textiles pueden transmitirse entre ropas sin que haya habido contacto físico
La policía científica, al analizar la escena de un delito, utiliza el llamado «principio de Locard», que nos dice que cuando dos personas entran en contacto, cada una de ellas deja restos en la otra. Esos restos pueden ser muy variados: fibras textiles, saliva, sudor, semen, ADN, etc.
Basándose en esos principios la policía ha sido capaz de resolver muchos delitos. Si duda, son notables, los restos de ADN que han sido capaces de resolver multitud de crímenes.
La investigación científica para resolver los delitos es muy amplia y se suele llamar investigación forense.
La universidad de Northumbria, en Newcastle, Inglaterra, ha demostrado que las fibras textiles pueden transferirse entre prendas de vestir en ausencia de contacto. Es decir, van mucho más allá de la ley de transferencia de Locard: puede haber transferencia de fibras SIN contacto.
Basta que dos personas hayan coincidido en un ascensor, aunque sus prendas nunca se hayan tocado, para que parte de las fibras se hayan transferido de una prenda a otra. Y el estudio pone de manifiesto que esa transferencia se hace en cantidades relativamente importantes.
Sin duda, esto da nuevas herramientas para atrapar a los culpables. También abre la puerta a poder pensar que en algunos casos, poco frecuentes, alguien hubiera sido considerado culpable por haber estado en el escenario de un crimen, cuando eso era incorrecto. Lo que había hecho realmente era coincidir con la víctima en un lugar cerrado; por ejemplo un ascensor. Este caso es muy improbable, pues los jueces no basan sus decisiones tan solo en una fibra encontrada en una ropa, pero debe tenerse en cuenta.
En definitivas cuentas, sabemos más sobre cómo las fibras textiles pueden ir de unas prendas a otras sin que haya habido contacto físico.
Buenas noches. Hasta mañana.
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Sobre Newton y la naturaleza de la luz |
2025-07-07 |
Esta es una nota de mis colaboraciones en julio y agosto de 2020, en Onda Cero, en el programa de Eduardo Yáñez, al que agradezco su paciencia por permitirme hablar de tan peregrinas ideas. No es exactamente lo que dije. Son las notas que tenía preparadas a la hora de ponerme ante el micrófono, no lo que dije.
21 de agosto de 2020
Sobre Newton y la naturaleza de la luz
En una conversación telefónica con un buen amigo, Jesús Martínez Villaro, hemos discutido sobre cuál es la figura científica más importante de la historia. Tras manejar muchos nombres, tales como Eratóstenes, Tales de Mileto, Seleuco el babilonio, Hiparco, o Miguel Ángel, surgieron dos nombres que quedaron como finalistas: Arquímedes y Newton.
Ni que decir tiene que los anglosajones, tan chauvinistas, siempre dirán que Newton supera a todos ellos. Nosotros tenemos nuestras dudas. Arquímedes se adelantó a Newton en muchos campos y lo hizo 1 700 años antes.
Pero hoy quiero centrarme en un experimento crucial para nuestra ciencia. Lo hizo Newton en la década de 1660. Hubo una epidemia de cólera (el Sars CoV 2 [también llamado Covid-19], nos permite entender lo que eso significaba en el siglo XVII). Newton se fue a un retiro con menos contagios que Cambridge (no solo los madrileños que pueden y, cumpliendo la ley, se van a la costa; en el siglo XVII los profesores de Cambridge se iban al campo).
En aquel momento se pensaba que la luz blanca del sol era pura y que los colores eran contaminaciones de ella.
Para entender la luz, Newton hizo un experimento que solo de pensarlo da un poco de grima. Mejor dicho: mucha grima. Se clavó una aguja roma; es decir sin punta, entre el hueso de la órbita ocular y el globo ocular. Y al empujar la aguja en distintas posiciones veía distintas burbujas de forma circular que textualmente Newton describe como «blancos, negros y de color». «De color». Eso intrigó a Newton.
En 1664, en una feria había comprado dos prismas de cristal. Con esos prismas hizo el experimento crucial. Hizo un agujero en la ventana, por donde entraba la luz del sol, y en el haz resultante puso el prisma. En la pared opuesta pareció en arco iris. Es decir, la luz blanca no era pura. La luz blanca era la suma de los colores del arco iris.
Un segundo experimento consistió en poner otro prisma delante del primero en la parte correspondiente a un cierto color. El prisma al que entraba luz, digamos azul, salía luz azul. El prisma no cambiaba la naturaleza del color.
Estas experiencias eran definitivas para demostrar que la luz blanca era mezcla de colores… lo que contradecía todo lo creído hasta entonces.
Y ese conocimiento, más la explicación de la gravedad, en la que Newton casi coincide con Seleuco el Babilonio, y el cálculo infinitesimal, que casi coincide con el de Arquímedes, marcaron el mundo moderno… El mundo moderno se debe a Newton, pero no hay ninguna duda de que, si lo logró, fue, como el mismo, dijo «porque iba a hombros de gigantes» y uno de esos gigantes era Arquímedes.
Buenas noches. Hasta mañana.
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IA para autorretratos más naturales: el proyecto belga que lo está consiguiendo |
2025-07-06 |
Esta es una nota de mis colaboraciones en julio y agosto de 2020, en Onda Cero, en el programa de Eduardo Yáñez, al que agradezco su paciencia por permitirme hablar de tan peregrinas ideas. No es exactamente lo que dije. Son las notas que tenía preparadas a la hora de ponerme ante el micrófono, no lo que dije.
Hola, buenas noches.
Hoy quiero hablaros de un programa de inteligencia artificial que promete revolucionar los autorretratos (también conocidos como selfies).
Sabemos que la cámara frontal del móvil ha cambiado por completo la forma en que hacemos fotos durante nuestros viajes. Estiramos el brazo para que se vea nuestra cara y, de fondo, algún monumento o paisaje emblemático. Y cuando queremos salir en grupo, recurrimos al ya famoso palo selfie.
Sin embargo, el resultado suele ser... mejorable. Los brazos aparecen en una postura antinatural, nuestro rostro ocupa demasiado espacio en la imagen y el encuadre rara vez es el ideal.
Pero hay novedades esperanzadoras. En la Universidad KU (Katholieke Universiteit ) Leuven, en Bélgica, están desarrollando una inteligencia artificial capaz de mejorar notablemente este tipo de autorretratos. ¿Cómo lo hace?
✨ Primero, analiza la posición de los brazos y los reinterpreta, dándoles un aspecto más natural, como si la foto hubiese sido tomada por otra persona. Eso sí, los resultados no son perfectos todavía: a veces los brazos quedan demasiado delgados, demasiado gruesos o con posturas algo raras.
Además, al modificar la posición de los brazos, el fondo también cambia. Aquí es donde entra en juego otro reto: reconstruir esa parte del paisaje de forma creíble. Sorprendentemente, el software lo hace bastante bien.
Aunque los investigadores reconocen las limitaciones actuales, consideran que este es solo el primer paso hacia autorretratos mucho más naturales. Están convencidos de que, cuando se pula la técnica, se convertirá en una herramienta muy útil y popular entre los aficionados a la fotografía.
Así que… ¡habrá que seguirle la pista!
Buenas noches, y hasta mañana.
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Espejos retroflectantes |
2025-07-05 |
Esta es una nota de mis colaboraciones en julio y agosto de 2020, en Onda Cero, en el programa de Eduardo Yáñez, al que agradezco su paciencia por permitirme hablar de tan peregrinas ideas. No es exactamente lo que dije. Son las notas que tenía preparadas a la hora de ponerme ante el micrófono, no lo que dije.
19 de agosto de 2020
Espejos retroflectantes
En estas vacaciones he conducido bastante por la noche. Una vez más, me han sorprendido las señales de la carretera que parecen que están iluminadas. En esta ocasión, me ha dado la sensación de que las señales que marcan las curvas o las rotondas eran más brillantes que nunca.
Realmente las señales no tienen ninguna luz, lo único que hacen es devolvernos la luz de nuestros faros. Lo extraño de las señales es que devuelven la luz en la misma dirección de incidencia. Esto puede parecer muy complicado de conseguir, pero es muy fácil. Les invito a realizar el siguiente experimento. En una esquina del suelo de la habitación, donde se crucen perpendicularmente dos muros sobre el suelo, ponga tres espejos planos. Uno en cada plano: suelo y las dos paredes.
A continuación, pongan una linterna a la altura de sus ojos y con ella apunten a la esquina. Verán, que toda la luz de la linterna vuelve a la linterna (a sus ojos) y ustedes la ven perfectamente. Estos espejos a veces se llaman «espejos de esquina» y su propiedad es que devuelven la luz en la dirección en la que inciden. Es decir, en nuestro caso devuelven la luz a la linterna, es decir, hacia nuestros ojos.
Unos espejos similares a estos los dejaron en la Luna los tripulantes del Apollo 11. Estos espejos se siguen utilizando para enviar un láser a la Luna; allí los espejos devuelven el rayo a la Tierra. Midiendo lo que tarda en su viaje de ida y vuelta sabemos a qué distancia está la Luna. Hemos descubierto que cada año se separa de nosotros 2 cm.
Lo que hay en la pintura de las carreteras no son espejos de esquina sino bolitas transparentes con la parte de atrás plateada; es decir, hecha un espejo. Esta tecnología no devuelve tanta luz como los espejos de esquina, pero devuelven una fracción importante; además, son mucho más fáciles de fabricar y, por lo tanto, son mucho más baratos.
Incluso se pueden fabricar íntegramente de polímeros y presentarse como una tira adhesiva.
¡Se me olvidaba! Los espejos de esquina que Neil y Buzz, astronautas del Apolo (Apollo en inglés) 11, dejaron en la Luna, y que diariamente se usan para medir la distancia a nuestro satélite, demuestran que sí estuvieron en la Luna. NO, amantes de las conspiraciones, no fue un montaje.
Buenas noches. Hasta mañana.
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Cerebelo: El rincón secreto que nos hace humanos |
2025-07-05 |
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18 de agosto de 2020
Hola, buenas noches.
En mi libro de 2012, El robot enamorado, publicado por la editorial Ariel, sostenía que la mayor diferencia entre el cerebro humano y el de los chimpancés se encontraba en el cerebelo.
Por entonces, el consenso era claro: el cerebelo tenía como función principal el control motor, especialmente de los movimientos finos. Citaba un ejemplo: nosotros podemos enhebrar una aguja; los chimpancés, no. Y por más que los entrenemos, nunca lo conseguirán. No porque les falte voluntad, sino porque su cerebelo no se lo permite.
Desde entonces, el conocimiento sobre esta estructura ha evolucionado, y hoy sabemos que su participación va mucho más allá del movimiento. El cerebelo también está implicado en la gestión de nuestros cinco sentidos.
Y la última sorpresa nos llega desde California, de la mano del investigador Martín Sereno, de la Universidad Estatal de San Diego. Su equipo ha demostrado que el cerebelo es mucho más grande de lo que creíamos. Creíamos que su volumen equivalía a un octavo del córtex cerebral. Sin embargo, gracias a nuevas tecnologías de imagen, han comprobado que su superficie, una vez desplegada, equivale al 80% del córtex. Imaginen un tapiz de diez centímetros por un metro de longitud escondido tras una estructura compacta. El cerebelo es mucho más grande de lo que creíamos.
Ese hallazgo refuerza la idea de que lo que nos hizo humanos no reside únicamente en la corteza cerebral, sino también en el cerebelo.
Y hay más. En el cerebro, las zonas que procesan las diferentes partes del cuerpo se ordenan como en un mapa: los labios están cerca de la nariz, los dedos de las manos junto a los brazos… Pero en el cerebelo eso no sucede. Las áreas están dispersas sin aparente orden. ¿Puede este caos aportarnos una ventaja en términos de creatividad? No lo sabemos aún.
Lo que sí sabemos es que trazar un mapa completo del cerebelo será tarea para la próxima década. Y sospecho que en el camino nos llevaremos más de una sorpresa.
Buenas noches. Hasta mañana.
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¿Por qué el cielo puede verse verde? |
2025-07-05 |
Esta es una nota de mis colaboraciones en julio y agosto de 2020, en Onda Cero, en el programa de Eduardo Yáñez, al que agradezco su paciencia por permitirme hablar de tan peregrinas ideas. No es exactamente lo que dije. Son las notas que tenía preparadas a la hora de ponerme ante el micrófono, no lo que dije.
17 de agosto de 2020
Cielo verdoso
Hace ya varios años que, en «déjame que te cuente», comentaba que estaba navegando desde Wellington, en Nueva Zelanda, hasta Sydney en Australia, por el que se llama Mar de Tasmania. Al anochecer, apareció un cielo totalmente cubierto de nubes y de un color verde oscuro que yo nunca había visto. Era un cielo que tenía algo de tenebroso.
No entendía a qué se debía el color verde. Traté de buscar información y no la encontré. Después me puse en contacto con un catedrático de la universidad de Stanford que me había explicado muy bien la razón del color azul, de las montañas azules de Australia. Pero no supo decirme la razón de ese color verde.
Hoy, por esas chiripas de internet, me he encontrado con un artículo del meteorólogo José Miguel Viñas, en su página divulgameteo.es, que lo explica.
Cuando el sol está bastante por encima del horizonte y el cielo está despejado, su color es azul, porque ese y el violeta son los colores que más se dispersan.
Al amanecer o atardecer, cuando el sol está mucho más bajo en el horizonte, los colores que llegan a nuestra vista son amarillo, naranja y rojo, produciendo esos fantásticos amaneceres y atardeceres, llenos de colorido y que tan bien quedan en las fotos.
Cuando estamos cerca del amanecer o el anochecer y las nubes que dispersan la luz están a 30 km de distancia, el color es verde. Y esa es la clave. Eso es lo que yo vi. Iba a anochecer y las nubes estaban a 30 km de mi barco. Y lo que yo veía era la luz verde que procedía de nubes situadas a 30 km de distancia.
Esa distancia es muy concreta, por lo que el color verde en el cielo es mucho más raro que el azul, el amarillo, el naranja o el rojo.
Tres días después, cogía un tren en Sydney para ir a ver las montañas azules. Efectivamente, las montañas tenían un tono azulado. Era la hora de comer y para hacerlo entramos en un restaurante indonesio. A la entrada advertían de que la comida era muy picante. Yo creía que exageraban y pedí un plato picante… NO EXAGERABAN.
Pero esa es otra historia.
Buenas noches. Hasta mañana.
Enviado por flexarorion a las 06:09 | 0 Comentarios | Enlace
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